Horizon Zero Dawn [análisis]
Esta es de esas crónicas a destiempo que tanto me gustan, y es que Horizon Zero Dawn [HZD] quedó en la lista de “los voy a jugar sí o sí”, y hace poco le tocó su turno, concretamente después de haber terminado la historia de God of War y haber desbloqueado algún que otro logro…
En un principio HZD nos puede parecer un juego más, el juego más parecido para mi seria un Tomb Raider, nuestra arma preferida será el arco, tenemos enemigos a eliminar y cuando encontremos una hoguera podremos salvar la partida… luego me di cuenta que eso era en lo único que se le parecía a un TR y al resto de juegos… y es que en HZD lo que engancha es la historia. Admito que los diálogos son un poco superficiales, y que realmente podríamos omitir el 80% y no pasaría nada, hay mucha trama secundaria que te hace participe de las misiones secundarias del juego. Pueden ser más o menos interesantes, pero te das cuenta que en cada poblado hay problemas y misiones que resolver, y que realmente hay dos cosas buenas de estas: los enemigos a abatir con, normalmente, un boss “mu gordo” al final, y la experiencia y loot que nos llevaremos, por no decir la exploración del mapa junto a sus hogueras.
Hablando de hogueras, al principio de juego el viaje rápido es limitado, limitado a nuestro bolsillo, ya que cada viaje nos costará una “mochila” que podremos ir comprando a los mercaderes, no son caras pero has de tener en cuenta comprar antes de cierta misión importante si no quieres atravesar un buen trozo de mapa, y ahí otro handicap del juego… “¿seguro que quieres ir andando hasta ahí?”
Esa pregunta te ronda la cabeza cientos de veces, HZD no es un juego el cual puedas atravesar el mapa entero yendo de paseo… aquí todo te persigue, cualquier robot (exceptuando uno, los cuellilargos) está al acecho, e incluso algunos emiten pulsos para buscarte… cada zona de cada mapa está estudiada para que la puedas sortear sigilosamente, y es que en cada matorral podrás esconderte y pasar desapercibido… desde ahí si disparas serás localizado, y hay bestias que avisan a otras, ahí queda eso…
Siempre puedes atacar con sigilo mientras te escondes o te acercas agachado a una bestia, pero si no te escondes rápidamente te verán…
“Oye, pero ¿y eso que lleva en la oreja?”, “¿de dónde han salido esos robots?”, “¿por qué te atacan?”, “¿de qué va el juego?”… ¡voy voy!
HZD te muestra la infancia y adolescencia de Aloy, una niña rechazada por su tribu por ser una “sin madre”, historia que en un principio te comes sin más, pero en pocos minutos descubrirás que hay mucho más detrás acerca de tus orígenes, y es que todo, absolutamente todo cobra sentido en el juego, y no es hasta el final de la historia que no encajas todas las piezas del puzle (con colofón final, claro)
Aloy mejora habilidades gastando puntos que consigues al subir de nivel, mejoras armas y armaduras con piezas extraídas de los animales y además tiene una ventaja frente a todo ser humano de la faz de la tierra, tiene un foco que encontró de pequeña, un pequeño proyector holográfico + escaner + ordenador que le permitirá (entre otros) ver los puntos débiles de cada robot, cosa que facilitará los disparos críticos y hará que ciertas piezas se suelten para ser recolectadas.
Tu viaje empieza con un “quién soy y porqué estoy aquí” pero acaba siendo un “por qué el mundo es así y cuál es mi papel en él”, y es que toda esa tecnología que te rodea y de la que muchos rehuyen tiene su explicación más allá de lo que crean del mundo metálico y de los antiguos…
Un detalle que me enamora del juego es que el armamento se centre en tu arco, en varios concretamente ya que podremos usar varios equipados que lanzarán diferentes tipos de flechas, cada cual más compleja en el transcurso del juego, pero yendo desde normales, de fuego, eléctricas, congelantes, explosivas, que despiezan, con cuerda y alguna más que me dejo, luego tendremos la Aturdidora que pone cuerdas trampa, la Honda y la Destructora, una especie de BFG que podrás usar cuando algún bicho la suelte y que amenizará la velada a base de cañonazos. Para el cuerpo a cuerpo dispondremos de una lanza que nos servirá para atacar y para sabotear… y es que esa es una característica más del juego:
Sabotear nos permite controlar de una manera muy simple algunos robots, si son “montables” te permitirán hacerlo para recorrer distancias o atacar a otros robots, si no lo son te servirán para defenderte de otras máquinas, ¿que mejor manera de liquidar a dos bichos dejando que se maten entre ellos? PERO hay 4 tipos de robots, divididos por 4 símbolos, cada símbolo será adquirido (para así poder sabotear esa máquina) en un Caldero, una mazmorra cuyo boss te permitirá acceder a ese conocimiento.
Antes he mencionado a los cuellilargos, unico animal que no ataca, pero que está rodeado de un sinfin de los que sí lo hace… los cuellilargos son como unas gigantes antenas andantes que tendremos que escalar, una vez saboteadas descubriremos muchas partes del mapa.
Si has llegado hasta aquí sólo puedo decirte que no te he contado ni destripado nada de la historia del juego y que en descubrimientos solo he arañado la superficie del juego, HZD tiene horas y horas de entretenimiento y que, por muchas que le eches, descubrirás como yo que no pasas de un triste 65% del juego descubierto… ¿pero que coj…?
Un juegazo, altamente recomendable, del que no paran de sugerirme me pille la expansión, del que aun hay mucho por descubrir, donde seguirás yendo con miedo por muy chula que seas, dónde crearás trampas, pociones, munición, dónde no sabrás bien como van todas las armas, donde creerás que sabes mucho pero serás un completo ignorante!