Civilization V – Primeras impresiones (y vuelta al enganchón)

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Ha vuelto a pasar. Yo intentaba evitarlo, soy un superfan del Civilization y me quedé en la tercera parte, con un enganchón enorme. Me dije a mi mismo que no jugaría al 4, que no podía volver a engancharme, estar noches sin dormir y pensando todo el día en “sólo un turno más y lo dejo”. Es la definición perfecta del juego, “sólo un turno más”. Y una polla!

Y tengo que reconocer que al final me compré el 4 en versión iPhone, gracias a una larga espera en urgencias acompañando a un familiar. Otro enganchón y otra promesa: no puedo permitirme otra enganchada con a versión iPad (en realidad lo que siempre llevo queriendo, una versión táctil y que pueda llevarme a cualquier lado).  Y salió la quinta parte, con una barbaridad de cambios importantes en la forma de jugar. Y con ordenador nuevo pues me apetecía probarlo. En buena hora.Y que conste que controlo del Civi, ya escribí sobre su historia en un artículo y tengo TODO lo que existe en versión original.

Si en la cuarta parte el gran cambio fue la interfaz gráfica, en esta quinta se mantiene la vista del tablero en 3D, con mucho gráfico y animación (que para mi gusto, sobran), pero que sin embargo no resulta tan exagerado como en la cuarta parte. A mi particularmente me sigue gustando más la segunda o tercera parte, pero bueno. Necesitas un monitor grande y ponerlo a una buena resolución, la cantidad de información que aparece en pantalla en esta versión es exagerada, apabullante. No me quiero imaginar como será con una resolución pequeña. No he mirado como se puede configurar, pero te bombardean a mensajitos y ventanitas. Aunque los fanáticos del Civi estamos acostumbrados, verdad?

El gran cambio es que el tablero pasa de cuadriculado a hexagonal, y sobre todo, que no podemos colocar más de una unidad en la misma casilla! Esto es un cambio brutal, especialmente para atacar ciudades enemigas o defenderse.  Esto cambio todo lo jugado hasta ahora en el Civilization, donde una de las estrategias típicas era acumular unidades y unidades y atacar con todas de golpe. Pero se acabó; y encima, las ciudades tienen la capacidad de atacar a 2 casillas de distancia, por lo que van desgastando a los que atacan antes de que lleguen.

Otra cosa que me ha llamado la atención es la microgestión de las ciudades y sus terrenos adyacentes. Antes los terrenos se ocupaban automáticamente según crecía la ciudad; ahora tienes que comprar las casillas adyacentes y decidir hacia donde creces! Ya no es tan importante que haya 2 ciudades cercanas, no se van a estorbar por los recursos, ya que tu área de influencia es la que forman la que ocupan tus ciudades. Y más que nunca, gestionar los recursos de las ciudades es complejo, demasiadas variables a manejar.

Cambios importantes también en la diplomacia, una de los apartados que menos me gusta del juego y que parece quieren que utilices más que nunca. Que pereza me da. En otras versiones no recordaba que los enemigos hablaran tanto entre ellos contra ti. Y como novedad, además de competir con otras civilizaciones, ahora compites con ciudades-estado, un nuevo concepto que sobre todo parece afectar a la diplomacia.

La parte de desarrollo de tecnologías, mi estrategia más usada, la veo más caótica. Puedes descubrir adelantos sin aparentes dependencias de tecnologías anteriores (descubrí la pólvora sin tener aún la rueda. Chocante). Creo que en esta parte la han cagado, la han querido hacer más dinámica, que cada uno descubra por su cuenta descubriendo nuevas combinaciones, y lo que se consigue es no tener orden. Además se pierde el sentido didáctico, por lo que fue utilizado en sus 2 primeras partes en algún colegio para fomentar el estudio de la historia. Por supuesto, la consecuencia directa viene en las unidades militares que puedes construir y en las mejoras de ciudad. Y de los cambios de era tecnológica prefiero no hablar, lo veo absolutamente cambio, no lo reconozco. Ah! Una cosa que si me ha gustado es que puedes compartir descubrir una tecnología con otras civilizaciones, compartiendo gastos.

Otra novedad: los premios en forma de virtudes. Parece que desaparece el concepto de “gobierno” y ahora iremos dotando a nuestra forma de gobernar de pequeños adelantos en forma de virtudes, que iremos consiguiendo a medida que acumulamos puntos. Esto no lo tengo muy controlado aún, pero se parece a un juego de rol en cuanto a que tenemos que ir balanceando nuestras “habilidades”. Curioso y que dará que pensar a la hora de decidir en qué invertimos.

Por último voy a hablar de los combates. Ya he dicho el cambio gordo, lo de no acumular unidades en las casillas. Como en todas las versiones, hay modificadores de combate por el tipo de terreno, los bonus defensivos, etc. Aquí he descubierto que las unidades tienen barra de vida y que se pueden mejorar, concepto que ya existía pero que se ha magnificado. Creo que se pretende dar más importancia a la unidad individual que al ataque en masa.

Estos son los cambios que más me han llamado la atención, pero hay mucho más, de menor magnitud (y los que habré olvidado). Son sólo las experiencias de una partida hasta altas horas de la mañana (en día laborable) y que me han devuelto las ganas de jugar, algo que sigo resistiéndome, porque no puedo permitirme ir sin dormir a currar y este juego lo consigue. Es curioso la cantidad de cambios que trae y como los asimilas en pocas horas, a pesar de su importancia. Lo que hace la experiencia…