Yinlips YDPG18 – Unboxing

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Hala, ya tengo en casa la consola de moda de la que todos los foros hablan. La primera pregunta que me hago ahora que la tengo es: Por qué coños le han puesto este nombre tan difícil de recordar? Por qué 18 y no 28, por ejemplo? Cuando estas son las preguntas que uno se hace cuando compra una nueva consola, ya se va intuyendo lo poco interesante que tendrá el cacharrito…y es que viniendo de donde viene, no se puede esperar nada bueno, aunque si todo el mundo habla, que será lo que tiene?

Las primeras sensaciones que transmite un cacharro de estos al recibirlo son muy importantes. Habitualmente su única referencia viene de internet, no se la has visto a nadie y por supuesto, no la puedes sopesar en una tienda.Es por ello que tienes que fiarte de la opinión de otros y de tu instinto. O en mi caso, de mi afán coleccionista que hace oídos sordos de las pegas que uno sabe se va a encontrar.

Lo primero es comprarla, y no la tienen en todos lados. Hasta hace una semana no la he visto en eBay, y en tienda la tienen en Hardcore-Gamer, aunque finalmente preferí pillarla aquí por tema de disponibilidad. Ningún problema con la tienda, pago con paypal y en menos de 2 semanas la tengo en casa.

Eso si, las sensaciones se van por el retrete al abrir la caja. Las cosas ya empiezan mal simplemente con el “tacto” del cartón y los acabados de la caja. Es un tacto familiar, que ya hemos palpado antes en otras consolas de factorías asiáticas. Por supuesto, ver la consola en esa bolsa y con ese “corcho” alrededor tampoco ayudan.

En el interior de la caja vienen el resto de componentes y accesorios. Lo mejor es que vienen envuelto en un plástico de burbujas que cualquier anciano con parkinson hubiera cortado mejor. Si, hay que ahorrar hasta en el más mínimo de los detalles, que se note cual es el país de origen! BIBA!!

Además de la propia consola, el pack se compone de una minibayeta, un stylus (que no se donde se guarda en la consola), un memoria microSD de 4gb (ni tan mal, oiga), unos auriculares marca “Yinlips”, un cable USB, un folleto de 3 pliegues a modo de manual en idioma desconocido y el cargador (que no he podido usar por no tener en casa el adaptador). En la línea de la consola.

Una vez fuera de la caja, es necesario comparar el tamaño de la consola, para lo que he optado por utilizar una PSP 2004 y una PSP Go. No es casualidad, la YDPG18 (olé con el nombrecito!) es una supuesta copia de la Vita, así que está bien para hacerse una idea del tamaño que tendrá. La pantalla desde luego es grandecita (5″), pero la consola es demasiado grande y pesada, habrá que ver cuando aguantamos con ella en acción.

En cuanto a la consol, me gustaría poder decir lo contrario pero no tiene buena pinta. El plástico tiene un brillo raro, no es mate ni tiene brillo… y el tacto de los botones y cruceta tampoco me gusta. Al no poder usar el cargador me he quedado con ganas de ver que tal la pantalla (a la cual no me he atrevido a quitar el plástico protector), en otro post será.

En la parte trasera podemos ver una cámara, y en la parte inferior algunas de sus conexiones. Si, ese círculo del medio con la marca recuerda mucho a cierta consola portátil de Sony; no han escatimado en medios a la hora de plagiar.

En la parte frontal me ha llamado la atención que tiene un puerto HDMI, por si alguno tiene ganas de conectarlo a la TV. Curioso, pero improbable.

Hago mención especial a sus 2 cámaras: la trasera tiene la friolera de MEGA PIXELS desconocidos, y la delantera está justo al lado de la cruceta, y la he visto de casualidad. Aparte de su calidad, me pregunto para que puede necesitarlas, una consola cuyo argumento de venta es usar emuladores de consolas antiguas. Vale, tiene Android y quizá algún aplicativo las use, pero es que para eso me compro un tablet, no es necesario encarecer el producto añadiendo inútiles puntos de fallo.

Como conclusión he de decir que la consola tiene una pinta exterior horrible, pero no me ha sorprendido porque es lo que esperaba. Cuando pueda probarla sé que me espera un Android, del cual soy detractor, y veremos que tal lo mueve, que tal los emuladores, y en definitiva, si realmente merece la pena los poco más de 100€ que ha costado el adorno para vitrinas de coleccionista. Y es que las portátiles son mi debilidad…