Lo reconozco…. Soy un buitre…., sí…, un buitre carroñero y oportunista, pero es porque ellos me han obligado.
Cuando era pequeño, la gente regalaba cosas, ahora donamos cosas. Tal vez hayamos olvido el sentido de las palabras.
Regalo: Dar algo de valor a una persona que quieres o aprecias
Donación: Dar algo de valor a una persona necesitada sin la cual pasaría penurias.
¿Por qué ya no se regala, se dona? Porque ya no se tira nada, se vende. Y ahí entran los reyes de los buitres: las tiendas de segunda mano. Ellas nos han convencido de que es mejor que se lo vendas por un precio de risa antes de regalárselo a un amigo. O incluso como antes, vendérselo a un amigo a un precio preestablecido y ‘de amigo’. Porque, según ellos, ya no tienes amigos.
Antes… (Cualquier tiempo pretérito fue mejor, ya lo dice la canción) tú solías hacer una de estas cuatro cosas:
Tirarlo. O dejarlo junto al contenedor en vez de dentro cuando veías que se podía aprovechar.
Regalarlo. Si el que te lo pedía te caía bien y ya no apreciabas tanto ese objeto.
Venderlo por un 50% del valor de mercado. (Ley no escrita pero que en mi círculo de amistades se llevaba a rajatabla).
Venderlo por un 25%, o tal vez menos, pero no tan escandaloso como ahora, en alguna de las poquísimas tiendas de segunda mano que había. Éstas a su vez solían venderlo al correspondiente 50% de precio de mercado. Esta última opción casi nunca se realizaba. Perdías dinero y preferías la opción de regalarlo o venderlo al amigo.
Hoy en día, la basura sigue siendo basura cuando vas a venderla a una de esas tiendas. Pero se convierte en antigüedad, cual ánfora griega, cuando vas a comprarlo, multiplicando su valor, como mínimo, por 10.
Pasad por cualquier tienda de segunda mano. Podéis comprobarlo cuando queráis.
A esta vorágine se han unido los centros comerciales en mayor o menor medida.
Se utilizan técnicas como subir los precios para luego bajarlos, reducciones de precio de risa, y los famosos combos: compra varios que te sale más barato, salvo que estos combos puede que sean mal etiquetados y te convenga más la compra por separado que te sale por menos dinero.
Todo ello aderezado de bombo y platillo, por si no te enteras, regadera. Total, esto es una jungla de precios y artimañas para metértela bien metida. Rara vez te va a dar gustito, pero para adentro va. Y tras todo esto, y comentaba, me he convertido en otro buitre. Les echo la culpa a ellos, pero quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Paseo cual mosca cojonera asiduamente por tiendas de segunda mano, supermercados, mercadillos, rastros, alguna página web de ventas y donde huela que puede haber alguna presa interesante.
Sólo cazo cuando la presa está suficientemente desvalida. Esto es, el precio es suficientemente bajo.
Por supuesto, como todo hijo de vecino, tengo debilidades, y a veces pico en sus trampas. Pero creo que les saco varios cuerpos de ventaja en cuestión de compras.
Para usar mi técnica sólo necesitas dos armas: conocimiento de los precios y muuuucha paciencia.
En las tiendas de segunda mano. Revolotea en busca del error, del chollo o del desconocimiento.
Ej. Hace unos meses me hice con una Wiz por el miserable precio de 30 euros. Está claro que ahí había desconocimiento.
En las grandes superficies. La misma técnica.
Es bien sabido que en los outlet de un conocido centro comercial, multiplican el precio por dos para luego rebajarlo a la mitad.
He visto hacerlo delante de mis narices. Y he visto como objetos muy baratos de un día para otro incrementaban su precio al doble o más. Aquí está atento. A veces se les olvida multiplicarlo y directamente lo rebajan. Esa es tu oportunidad. También cometen error o se pasan tres pueblos con las ofertas.
Ej. Hace unos meses compre en otro conocido centro comercial una PSP+Fifa 2013 por 56 euros. Estando justo a su lado pelada por 110.
Una Nintendo 3DS edición Zelda por 160. Estando a su lado la edición pelada por 199.
Hay que tener cuidado en las grandes superficies. Puede haber trampas alrededor de las ofertas. Fíjate muy bien antes de abalanzarte hacia la caja registradora con tu presa.
En los mercadillos y rastros.
Ahí tienes que luchar a brazo partido con el propietario de la presa. Regatéale el precio hasta que sea de tu agrado. Y abandona a los que tienen la cantinela: “Es que en ebay…”
En esto mercadillos es donde tengo mi mayor campo de caza. Se consiguen presas a precio de risa. No esperes en esta zona de caza nada de ‘calidad coleccionista’ pero sí rarezas a precios muy respetables.
Espero que este mini cursillo os sirva de mucho a los nuevos pequeños carroñeros.
¡Buena caza!