Mario Bros en una pared

Todo empezó con un quiero y no puedo. Quería alegrar el cuarto de los críos con algunos dibujos en vinilo, pero toda mi casa tiene ‘gotelé’ y los vinilos no iban a pegar, ni quedar muy bien. Encima si le decía a mi mujer que me quería gastar 100 o 200 euros en ‘pegatinas’, me iba a mandar donde picó el pollo.
Total, que me puse a darle vueltas a la cabeza. Yo de dibujar estoy muy mal, pero pintando me defiendo. Primero pensé en buscarme algún conocido que me imprimiera imágenes en tamaño grande, y luego calcarlas.
A las malas podría usar uno de esos programas que hay que te imprimen en varios A4 la imagen que tú quieras, y luego las unes con celo para formar una grande.
Lo malo sería pasarla a la pared. Con papel de carbón se me podía manchar todo, y no se me ocurría otro método. Pero me acordé de haber visto por internet algunas personas que se habían hecho un proyector casero con una caja, un par de lupas y un teléfono móvil.
Pillé una caja de zapatos. Le hice un boquete, pegué una lupa de esas de adorno que tenía mi mujer por ahí y me puse a hacer pruebas. Con una sola lupa, la imagen sale boca abajo y reflejada. Así que cogí el ‘potochó’ y le di la vuelta.
Más tarde vi que era mejor aplicarle algún filtro para rebajar el número de colores de la imagen a la hora de pintarla y otro para hacerte un ‘line draw’ para cuando la dibujaba con el lápiz. Así sólo tienes que plasmar exactamente lo que estás viendo, y para una persona que no sabe dibujar, pero si medio copiar, facilita mucho el trabajo.
Con ayuda de los nenes elegí un motivo, pero con la condición de que fuera super sencillo. Un pequeño loro de esos que se utilizan para que coloreen los niños pequeños.

Las plantas de abajo las puse para rellenar
Mi intención era probar si era capaz de hacer lo que pretendía. Ver que tal salía la ‘obra de arte’ y borrarla de un brochazo y abandonar el proyecto en caso de fracaso total.
Pero mira tú por dónde que me salió bastante decente. El ‘gotelé’ disimula los fallos y también ayuda a producirlos.
Si las gotas eran demasiado gordas me hacían saltar el pincel. Pero si el salto no era muy grande quedaba disimulado entre tantos granos.
Todos se quedaron asombrados. ¡Hasta yo!
No me acostumbro a que me salga las cosas decentes, y mucho menos a la primera, pues de joven yo era bastante malo con las manualidades.
¿Cómo lo hice?
Primero necesitas hacerte un proyector.
Una caja de zapatos con un orificio del tamaño de la lupa que vayas a usar.
Un teléfono móvil. Cuanto más grande mejor. Salvo que solo quieras proyectar imágenes pequeñas.
Lupas de varios aumentos. Pues depende del aumento, así de grande será la imagen que proyecta.
¡Ojo! No compréis la de los ‘chinos’. Me hice con un par de ellas y fueron a parar directamente a la basura.
Las lupas eran de X2 y X5.
La de X5 era demasiado pequeña y no me cogía bien el tamaño del móvil, y la de X2 aumentaba poco.
Particularmente el Mario tuve que hacerlo a trozos porque no era capaz de hacer que la proyección ocupara toda la pared.
Pues con todo esto te montas el ‘super proyector’.
Pones delante una lupa de por ejemplo X2, y empiezas a hacer pruebas de distancia de la pared y de distancia del móvil a la lupa dentro de la caja, hasta que obtienes el tamaño deseado y el mejor enfoque.
(Tinglado montado para posicionar la proyección. Fotos hechas totalmente a oscuras.)
Te recuerdo que con una sola lupa, la imagen saldrá boca abajo e invertida. Tenlo en cuenta a la hora de pasarlas al móvil.
Con la imagen ya en la pared, pinto el dibujo como puedo, pues estás a oscuras y no vero un pimiento.
Yo tenía en la mano una linterna e iba encendiéndola para ver cómo estaba quedando la cosa. Por si me saltaba algo. Cuando hayas terminado, y ya con luz, comparas la imagen en el móvil con la que hay dibujada, pero con la buena, con la que pretendes hacer. Vas repasando con el lápiz sobre todo las curvas y las rectas, que a oscuras te habrán salido un auténtico churro.
Procura que el dibujo a lápiz esté lo mejor posible. Cuanto mejor parezca que esté, mejor te saldrá la fase de pintado.
Cuando estés satisfecho, pasa a la pintura. Con el pincel fino en color negro, pinto lo que sería el dibujo definitivo.

Algunos trozos no se repasan según convenga
Da igual si la línea te sale más gorda o no, porque…:
– Este dibujo se va a ver de lejos y apenas se va notar.
– Cuando rellenes los colores, es más fácil meterse más o menos dentro de la línea negra para ajustar el grosor deseado.
Luego pasamos a pintar el interior del dibujo con los colores al gusto. Ya elegí colores muy planos y adaptándolos a los que tenía.
La marca de pintura que utilizo es ‘Americana’.
Si te equívocas y te sales de lo que son los contornos que has pintado antes, tendrás que volver a repasarlo de nuevo. Yo daba varias manos a los colores, hasta que veía que ya cubría bien la pared.
El lápiz sobrante de preparar el dibujo, y cualquier fallo que te haya salido por ahí, se borra pintando encima con el color de la pared.
Vuelvo a repetir que no hace falta ser muy perfeccionista. En cuanto te alejas un poco los fallos no se notan.

Mi interpretación del Mario Bros a pared
Pues como comenté al principio, yo sé rellenar un dibujo, pero pintarlo desde cero se me da fatal. El proceso que sigo empieza eligiendo un dibujo sencillo.

Composición original
Hice una pequeña composición con el potochó. Luego le apliqué el filtro ‘bordes añadidos’ donde convierte una imagen en su homologo de pocos colores jugando sobre todo con la ‘posterización’. Y obtuve esto…

Rebajando colores
Esta es la imagen que vamos a pintar. Una imagen plana de pocos colores. Con la ‘posterización’ puedes reducir más los colores, pero quería tener una idea del volumen, por si acaso.
El delineado lo sacaba con el filtro ‘fotocopia’.

Contorneando
Luego lo inviertes y ya tienes la imagen lista para proyección. Seguramente que tendrás que poner boca abajo el móvil.

Para proyectar
Conviene meter las cuatro imágenes en el móvil para que luego te sirvan de guía.
Bueno…….
Mario fue lo último, después de calentar antes las demás paredes. Un zorrito; y de postre, un árbol para adornar.

Zorrito en un árbol
Descubrí que no hay que ser un hacha para pintar árboles y plantas. Con que se parezcan ya dan el pego.
El zorrito es proyectado, el árbol dibujado a las bravas, y las hojas al tun-tun.
Siguiente paso, un oso panda.

Oso panda en una rama
Lo mismo. Discutir el dibujo con los críos. Elegir uno bien fácil, con colores planos, proyectarlo, dibujar las líneas a oscuras, corregirlas, pintar los contornos, pintar el relleno y corregir los fallos grandes.

Bambú para rellenar.
Después la cosa pasó a mayores.

Super-dragón
El dragón me costó un montón de días. Mucha curva, muy grande y colores que no acababa de conseguir mezclando los que tenía. Pero ahí está, y no me quedó mal.
Llegado este punto, tras varias semanas, estaba hasta el moño. Así que los dinosaurios que quería mi hijo menor, los busqué de lo más sencillos. Pero a cambio le pinté tres.

Los tres dinosáurios
No quedó muy conforme porque me decía que eran ‘muy de niño chico’, pero eso es lo que había porque estaba bastante cansado. (El pequeño tiene 5 años.)
En la última pared dije que o pintaba lo que me daba la gana, o no pintaba. Elegí el tema de Mario y eso me animó bastante.
Y de postre… ¡la planta carnívora!

Work in progess 1

Work in progess 2

Plant carnívora terminada

¡Por fin terminé!
Y así quedo la ‘pared Mario’.
Animaros y a ver si vuestras respectivas os dejan. 🙂
Un saludo a todos.