Heroes of Might&Magic III
Clásico entre los clásicos, hablar del Heroes of Might&Magic III es hacerlo de uno de los mejores juegos de la historia en cuanto a lo que a estrategia por turnos para Pc se refiere, que no es poco. Desde 1999, año de su lanzamiento, su leyenda no ha parado de crecer durante estos 11 años y aún hoy en día goza de una salud envidiable.
Su papá, Jon Van Caneghem, le imprimió todo su cariño al proyecto, igual que había hecho en las dos anteriores entregas, y suponemos contando ya con algo más de presupuesto, contrató a más de ¡20 artistas! para hacerse cargo del diseño de toda la parte gráfica…y claro, eso se nota.
Visualmente el juego es tremendamente atractivo en todos sus aspectos. El diseño de iconos y menús es limpio, sencillo, consecuente y todo un modelo de manejo intuitivo y funcionalidad. Los escenarios, magníficamente recreados en cada detalle, comprenden desde desiertos a bosques, pantanos o tierras heladas y están sembrados de un número casi infinito de edificaciones y estructuras que con el paso de las partidas aprenderemos a reconocer (y buscar o evitar compulsivamente). El tiempo y cariño empleado en el diseño de cada elemento del mapa es evidente cuando vemos su nivel de detalle y su variedad, además de estar todos ellos animados y contar cada uno con una función específica. En el Heroes III, nada de lo que vemos en el mapa – quitando mar, vegetación y montañas- está de adorno.
Una de las muchas cosas que hace grande a este juego, es la combinación de la estrategia clásica por turnos (las batallas son puro ajedrez) con el rol. No olvidemos que el protagonista de la partida es el Héroe. Nuestro Héroe.
Antes de comenzar a jugar tendremos que elegir un castillo que será con el que empezaremos nuestras aventuras. Asociados a cada castillo hay varios héroes entre los que habremos de escoger nuestro personaje inicial. A pesar de que las preferencias personales de cada uno se inclinarán en una dirección determinada: vampiros, elfos, etc…la mayoría de jugadores que conozco han probado todos los castillos y casi todos los héroes muchas veces. La jugabilidad es prácticamente infinita y la riqueza de estrategias y combinaciones válidas que pueden llegar a desarrollarse es casi inagotable.
Normalmente el héroe inicial será el principal, pero podemos comprar más héroes durante toda la partida y si el escenario es XL necesitaremos tener unos cuantos para poder completarlo. Con cada batalla ganaremos experiencia y podremos ir subiendo características y adquiriendo habilidades que son verdaderamente útiles y en muchos casos decisivas, ya que las habilidades del Héroe se aplican a las tropas que lleva consigo, siendo fundamentales para inclinar las batallas de un lado u otro. También se puede equipar a los héroes con tropemil artefactos de toda índole: espadas, escudos, cascos, petos, capas, amuletos, tomos de magia, etc…que le mejorarán sus características.
Jugando: nada más comenzar, notaremos la presencia de la música en el juego (si tenemos los altavoces puestos ;D) algo que en aquellos años empezaba a cuidarse de verdad y que en este caso concreto ha llegado al punto de haber oído en más de una ocasión a curtidos gamers de la generación Spectrum proclamar que: “la música del Héroes III ES el Héroes III” (también hay gente que la quita). Además de la música de fondo, que sí, que después de n partidas puede resultar cargante (aunque a muchos nos parezca entrañable), tenemos una pléyade de efectos de sonido que también en la época eran un lujazo.
Explorando iremos abriendo el mapa, visitando los distintos edificios que encontramos y luchando con quien creamos conveniente, bien criaturas o bien otros héroes, para acceder a algunos de ellos o a otras partes del mapa que eventualmente nos llevarán a otros castillos. Lo de siempre. Los turnos diarios nos proveerán de oro y distintos materiales y minerales que necesitaremos para construir nuestro castillo, donde nos crecerán semanalmente hasta 7 tipos distintos de criaturas. Nuestro sarumanesco ejército, su tamaño, variedad y calidad, combinados con las características del héroe, serán los que determinen el éxito en la partida.
Pero antes, necesitaremos generar una gran cantidad de recursos y oro, con lo que debemos conseguir minas, (hay 6 tipos distintos) y construir poco a poco el castillo, mientras el héroe se pasea, lucha y aprende.
La magia es otro factor muy importante en el desarrollo del juego. Se divide en los 4 elementos clásicos: Aire, Agua, Fuego y Tierra que se han de aprender por separado en su correspondiente escuela. Los hechizos son de desigual eficacia y con la práctica aprenderemos a reconocer los más útiles para añadir a nuestro libro. También pueden decidir batallas.
Mención aparte merecen las criaturas. Escogidas con gran acierto de entre los numerosos seres que pueblan la Fantasía y la Mitología clásicas, nos encontraremos desde Arcángeles a Demonios, Hidras, Gárgolas, Arpías, Nagas, Pegasos o Cíclopes, además de los imprescindibles, elfos, enanos y varios tipos de dragones. Cada castillo tiene sus 7 criaturas propias y las distintas características de cada una las hará cumplir distintas funciones dentro de nuestra estrategia bélica. Algunas de ellas tienen magias especiales que pueden usar sobre otras criaturas, amigas o enemigas.
Los asaltos a castillos bien defendidos -en cualquiera de los dos bandos- son quizá lo mejor del juego. Se puede repetir un mismo asalto 10 o más veces y dependiendo de la táctica empleada obtener resultados totalmente diferentes con las mismas tropas. En los niveles de dificultad alta, entrar en un castillo se convierte en todo un arte de la aniquilación, eso sí, por turnos. Todo muy civilizado. Hasta los dragones se esperan quietecitos a lanzar su flame.
Las opciones del juego son también muchas y variadas incluyendo campañas de varios escenarios (ampliadas luego con dos expansiones: Armageddon’s blade: 6 campañas y 38 escenarios y The shadow of death: 7 campañas y 38 escenarios), escenarios de distintos tamaños, aleatorios y también la posibilidad de jugar online, en una red privada, o incluso con más gente en tu mismo Pc.
La guinda podríamos decir que la pone el editor de mapas, que es absolutamente espectacular. Partiendo de cero, o de cualquiera de los escenarios predefinidos del juego, podemos crear un escenario completamente personalizado hasta el último detalle.
Finalmente comentar que en 2001, un tipo llamado Slava Salnikov creó una extensión “no oficial” que llamó The Wake of the Gods (WoG) que parece que ha tenido bastante éxito. No la hemos probado, así que si alguno de vosotros la conoce, se agradecerían valoraciones.