HellBlade, Senua’s Sacrifice [análisis]
Hellblade Senua’s Sacrifice era uno de esos juegos que guardas en el tintero para cuando puedas dedicarle un tiempo razonable a un juego y no abandonarlo, las pintas que tenía apuntaban a que sería un juegazo pese a que antes hubiera jugado al God of War y la temática sea parecida o igual… y no ha decepcionado.
Nos encontramos delante de un titulo que experimenta con el sistema Biaural, o como intentar volverte majara con unos auriculares puestos, ya que el sonido puede llegar a ser 360, pero este sonido envolvente no sería nada especial si la protagonista no tuviera un trastorno mental!
El equipo de Ninja Theory se ha asesorado y la experiencia que vives es lo más real posible si sufrieras un trastorno psicótico, todas las personalidades de Senua te hablarán, unas te aconsejarán y otras te llevarán a la oscuridad, personalmente he llegado a quitarme los auriculares para no acabar tarumba…
Senua se embarca en la cruzada de recuperar el único elemento de su familia que no se ha desmoronado, su amado Dillion el cual ha sufrido un destino similar que el resto pero Senua se ve capaz de salvarlo…
El primer puzzle al que nos enfrentamos ya denota de que irá HellBlade y como deberemos cambiar el chip para poder solventar problemas, lo que ves puede no ser verdad, lo que oyes puede que no esté ahí, o simplemente la realidad se puede cambiar…
Otra característica peculiar de Hellblade es el sistema de combate, el cual no tendrá una fase de adaptación ni entrenamiento, en ningún momento te explicarán que botón es el de ataque y cual el de defensa (más allá del menú de controles, claro), y como handicap tendremos una corrupción en el cuerpo que nos irá comiendo cada vez que muramos… hasta ahí todo bien ¿no?
Mucho nos tendremos que adentrar en el juego para conseguir una habilidad especial y casi hasta el final no podremos sustituir nuestra arma por una más cañera, pero para cuando lleguemos ahí habremos sufrido de lo lindo con lo que mejorará nuestro combate pero no nuestro sufrimiento.
Y de aquí hasta el final Hellblade jugará con tus miedos, oscuridad, voces, formas que te persiguen, la angustia de no saber hacia donde ir y un sinfín de paranoias que te hacen querer jugar más y más…
Un mundo desolado será nuestro mapa, una protagonista sangrante será nuestra guía y un sinfín de personalidades serán nuestras acompañantes, unas piedras con runas serán nuestro porcentaje del juego…